¿Para qué ha servido el Año Europeo?

Ahora que ha terminado 2012 es el momento de reflexionar sobre lo que ha significado el Año Europeo del Envejecimiento Activo y la Solidaridad Intergeneracional para los que nos hemos interesado o involucrado de alguna manera. ¿Un año oficial más? ¿Mucho ruido y pocas nueces? Seguramente sí, siempre esperamos más de este tipo de eventos. Sobre todo de las entidades oficiales. Diría que ahora mismo sólo recuerdo su implicación en la inauguración y clausura del año oficial. No mucho más.

Quizá debamos ser comprensivos… Con esta crisis, ¿qué se podía esperar…? En fin, aquí podríamos discutir  largo y tendido sobre lo público, su papel actual, el paso cambiado, la instrumentalización…. Pero dejo la pregunta en el aire y continúo con la reflexión en relación con lo que viene después: ¿nos tenemos que acostumbrar a un perfil muy bajo de las entidades públicas en relación a los desafíos del envejecimiento? ¿Qué podemos hacer sin ellas? La respuesta tiene varios niveles:

  1. Los buenos ejemplos. Las entidades que sin apenas apoyo y financiación ya están trabajando día a día, dando apoyo, resolviendo carencias, generando experiencia, buena práctica, para el beneficio de otros.
  2. Las plataformas. Necesitamos plataformas de trabajo. Horizontales. Sin tanto exclusivismo y control como en otros ámbitos cercanos. Hay que crear oportunidades, y eso en una crisis tan aguda requiere ilusión, ganas de trabajar. Aún con escasos recursos, tener una presencia social y crear las condiciones para tener más fuerza ante una futura situación más favorable.
  3. La “i” pequeña. El famoso I+D+i es a veces una obsesión en la que parece que sólo cuentan los dos primeros sumandos. ¿Qué pasa con la innovación? ¿Qué nos ha hecho para que la tratemos tan mal? Por supuesto que necesitamos las TIC, y que en su desarrollo la prueba y error es fundamental, pero  a menudo parece que sin desarrollo tecnológico no se aporta valor. Y esto es un grave error. Sin innovación social, sin nuevos procesos, mecanismos de implementación, seguimiento, análisis, evaluación… la tecnología no llega a desarrollar su potencial, y los avances se quedan en los congresos especializados y revistas científicas.
  4. La formación. Ya conocemos las cifras de los cambios demográficos que vienen. Pero ¿se están preparando las distintas disciplinas para ello? ¿Sale gente preparada de las universidades, de los masters, para asumir y preparar estos cambios?
  5. El mercado (y no lo he puesto el primero de la lista!). Hablamos de “mercado de plata” (silver market), del potencial de compra y consumo de los nuevos mayores, de los nuevos empleos que pueden generar las nuevas demandas de servicios personales y a domicilio, de aflorar economía sumergida…. Sí, hay grandes oportunidades, aún verdes, para atraer capital privado. Pero es necesario, más que nunca, el partenariado con lo público y con el tercer sector.

En fin, la lista puede continuar, pero esto no es un informe de situación. Sería bastante si sirve para recabar nuevas opiniones y aportaciones sobre lo que habrá que ir haciendo y lo que ya algunos están haciendo, aún sin  subvenciones o ayudas públicas.

Por eso este Año Europeo ha sido positivo, más por lo que hemos visto que podemos hacer que por lo efectivamente realizado. Creo que se han abierto ventanas y ha entrado algo de aire fresco en medio del ambiente cargado y depresivo en que nos encontramos.

Comenzamos 2013 con esperanzas y mucho que hacer. Es difícil mantenerse en el día a día, y la falta de recursos nos limita, nos agota y desanima, nos hace perder tiempo valioso. Pero el Año Europeo,  en el que hemos tenido que pelear duro para poder participar y que nos permitiesen aportar algo, nos ha dado una mejor visión de tanta gente y organizaciones con las que compartimos inquietudes, en Cataluña, España, Europa, América…, en un mundo en el que todos hacemos frente a una gran transformación (tsunami, se le ha llamado) que todos estamos aún intentando entender.   Sentimos que esa compañía nos da fuerza para ser actores en las transformaciones que vendrán, y donde todos tenemos un papel que jugar. Puede ser un papel pequeño y local, pero en este tema, a día de hoy, casi todo está por hacer y cualquier experiencia puede tener relevancia global.

Animo y buenos proyectos en 2013!

Fernando Alonso López, Director de Acceplan