Los umbrales y su importancia en la orientación (Parte 1)

El eje temático de mis intervenciones en este blog es el tratamiento de ciertos efectos espaciales[i] que, por su capacidad de orientar a las personas, benefician sobre todo a muchas que tienen restringida su autonomía en razón de su edad, discapacidad intelectual, cognitiva o su condición psicológica.

Voy a comenzar hablando nuevamente desde la perspectiva literaria no solamente porque sea adicta a los libros – que si lo soy – sino porque creo que si se toma un concepto y se lo refiere a la literatura, como forma de expresión artística universal, se van a comprender sus entresijos con bastante más claridad que si se hace inicialmente desde otras temáticas más duras, que más adelante voy a introducir de todas maneras por razones didácticas y profesionales.

Según Gerard Gennette el umbral, lugar real o metafórico que hay que pasar para estar en un lado o en el otro, es como el prefacio en los libros, que se ofrece al lector como presentación que puede servirle para seguir adelante y entrar, o para retroceder. El umbral, desde este punto de vista, toma la forma de un texto orientador sobre lo que el lector se va a encontrar más adelante, si avanza con la lectura.

Un sorprendente enlace entre el concepto anterior (prefacio-umbral) y los que voy a desarrollar más adelante, es la sugerente fotografía del artista Cesar Lacalle expuesta con otras suyas dentro del proyecto denominado “Prefacio”. Esta es una manera de introducir el tema del umbral como facilitador de la accesibilidad a través de esos estallidos de luz natural que iluminan y rompen el vacío del muro, de forma cadenciosa, original y no tan casual (espero que más adelante encontréis como yo, la relación con el tema).

1. Prefacio#7 (fotografía por Cesar Lacalle [ii])

Con toda probabilidad no vamos a encontrar soluciones estandarizadas; ya que éstas  dependen del contexto, del objetivo y las dimensiones de los espacios. El tipo de umbral será diferente según las características del lugar (puentes, pasillos, intercambiadores de metro, calles, etc.), por lo que habrá que adaptar la solución al contexto. Y esta es precisamente, la riqueza del umbral  como efecto espacial.

El vacío y la pérdida de referencia

Imaginemos la soledad que pueden sentir los usuarios del metro que utilizan intercambiadores de largos pasillos, como el de Paseo de Gracia de Barcelona, de 250 metros de longitud. Estos recorridos que se convierten para algunas personas en un tormento, son para otras personas una barrera infranqueable. Cómo será el horror que despiertan algunos de estos recorridos que son modificados por los propios usuarios realizando actividades lúdicas y exposiciones con las que pretenden amenizar un recorrido que podría calificarse como ¿mal resuelto? ¿no haber pensado en las necesidades de las personas? ¿falta de sensibilidad?

Algo que parece tan obvio, como crear efectos espaciales, formales,  lumínicos o gráficos que guíen a lo largo de extensas superficies sin matices ni apoyos, no se cumple en infinidad de soluciones arquitectónicas y urbanísticas que no parecen estar diseñadas para las personas sino para mostrar en un museo de los horrores (Metro ligero Fuente de la Mora, Madrid, metro de Tokio, Japón; metro de Barcelona).

2. Metro Ligero 1 Fuente de la Mora, Madrid (www.skyscrapercity)

3. Metro Ueno Station, Tokio (Blog de Carlos Chust)

4. Metro Paseo de Gracia, Barcelona, cubierto de fotos (www.ohmygeek.net)

La imagen que muestro a continuación tiene suficiente elocuencia por la ausencia de límites o señales. Es una calle con edificios absolutamente iguales, sin referencias, diseño lamentable, por cierto, ya que el conjunto posee suficientes elementos que podrían adaptarse fácilmente para cumplir funciones orientadoras, aportando mayor seguridad a los paseantes o a aquellos propietarios que desean entrar en sus viviendas sin desorientarse o confundirse (cambio de colores en las puertas, diseño de barandillas, cambio de alturas), aun presuponiendo que se hubiera colocado una numeración indicativa de las diferentes propiedades.

5: Sin límites ni umbrales, hasta el infinito (www.jubilareswordpress.com)

Los umbrales en accesibilidad

Si logramos delimitar el concepto de umbral, en el contexto de la accesibilidad espacial, como texto orientador o guía para lograr una mejor legibilidad del ambiente físico, pasaremos en un segundo paso a concretar sus funciones, como un instrumento que puede convertirse en un recurso importante en el diseño de espacios urbanos y arquitectónicos.

El umbral como lugar es un espacio de compleja definición y precisión, porque parte de la percepción y de la sensación que una persona tiene cuando interactúa con el espacio.

Esta dificultad (cómo debe fijar físicamente el umbral), lo diferencia de soluciones para otro tipo de problemas de accesibilidad que pueden resolverse por mediciones relativamente simples. Tal es el caso de la pendiente necesaria para que una silla de ruedas, ascienda o descienda por una rampa, o el espacio necesario para el traslado de una persona desde la silla a un inodoro o a una cama,  o las soluciones para personas con disminución visual, como son los encaminamientos y la lectura a través del sistema Braille.

Las sensaciones no se miden físicamente con una cinta métrica o una cuerda, sino a partir del espejo mental donde residen las imágenes en cada una de las personas, todas diferentes. Identificar esas imágenes es sumamente complejo, por lo que habrá que utilizar vías alternativas a partir de las cuales conocer cómo ciertos factores  tienen consecuencias sobre el comportamiento y el desenvolvimiento de las personas. A continuación, utilizando como referencia los sistemas de medición para el control optométrico y las experiencias de la visión en laboratorio, se podrán establecer las pautas para el diseño.

El umbral como facilitador

El umbral como facilitador para mejorar la accesibilidad espacial de personas no ha sido estudiado aún y es, sin embargo, un concepto muy útil  porque puede admitir valores cuantitativos que es lo que puede llevar a los especialistas en regulación sobre accesibilidad (y seguridad espacial) a convertirlos en norma, ya que el dato, el número, la dimensión, es básicamente lo que se le exige a un concepto para ser aceptado de forma universal  y pueda constituirse en pauta de diseño espacial.

1.    Los umbrales sensoriales

La psicofísica clásica se interesó por el estudio de los umbrales sensoriales como “márgenes” de nuestra sensación. Existen determinadas magnitudes de estímulo tan bajas que ya no provocan sensación (umbral absoluto o límite inferior) y, por el contrario, otras tan altas que lo que producen no es una sensación sino dolor (umbral terminal o límite superior). Esto es especialmente importante en umbrales sonoros, que en el límite superior pueden llegar a romper los tímpanos. El estímulo adecuado es la cantidad de energía necesaria para que el estímulo sea percibido con total claridad.

Adaptación sensorial: Cuando un estímulo se presenta de forma continua o se repite a intervalos cortos, la sensación se vuelve gradualmente más débil, debido en parte a que las células se fatigan, provocando un cambio en la sensibilidad de los receptores sensoriales. Puede haber, entonces, una progresiva pérdida de sensibilidad que puede ser determinante de una disminución de la seguridad de las personas cuando sus receptores sensoriales, que estaban alerta ante la novedad, se “aburren” con constantes repeticiones.

Umbral diferencial: Es un concepto importante, que se define como la “mínima diferencia” que debe haber entre dos estímulos para que sean percibidos como diferentes. Un ejemplo dentro de nuestro contexto, expresado con dimensiones métricas, es el siguiente: si agregamos dos metros a una longitud de siete metros se pueden apreciar perfectamente. Pero dos metros sumados a veinte metros, probablemente no se aprecien. El concepto de umbral diferencial va a ser útil en relación con las dimensiones que conviene establecer como límites superiores o inferiores en espacios de mediana o gran longitud con los cuales evitar por un lado, la adaptación sensorial y por otro, que sea sensiblemente apreciable la división espacial, con capacidad para guiar los desplazamientos en longitudes excesivas, como en los casos ya citados.

2.    Los umbrales visuales

¿Cómo se miden los umbrales visuales en un control oftalmológico? Cuando el profesional hace un examen, solicita a la persona que retire sus gafas o los lentes de contacto y a una distancia de 20 pies (6 m) de la tabla optométrica, de pie o sentado, mire y lea un cartel con gráficos y letras. La persona se cubre suavemente un ojo con la palma de la mano, mientras lee en voz alta la línea más pequeña de las letras que pueda ver en la tabla. Los números o imágenes se utilizan para personas que no pueden leer, especialmente los niños.

6. Cartel de control optométrico

Si se ha fijado esa distancia de 6 metros para la lectura “normalizada”, ésta representa una dimensión “límite” que una vez superada puede alterar la imagen percibida y su significado. Podemos equipararla en laboratorio con el “umbral terminal” o límite superior definido anteriormente. Es importante retener esta distancia, porque más adelante, volveré a utilizarla como aquella dimensión que se puede constituir en guía para la accesibilidad.

Y aquí hacemos un corto paréntesis para recapitular, dejando para la próxima entrega la forma de resolver algunos de los problemas que se han expuesto a lo largo del texto.

(continuará)

Berta Brusilovsky Filer, Arquitecta


[i] Estos artículos se redactan a partir del texto “Modelo-guía para diseñar espacios accesible y mejorar la calidad de las condiciones de vida (discapacidad intelectual y cognitiva)”.

[ii]Proyecto denominado “Prefacio” compuesto por varias imágenes de espacios donde el color blanco domina el lugar, un espacio real pero exento del intenso color de lo cotidiano que nos rodea, que se muestra por medio de la luz que se filtra a las estancias: Estos espacios son una página en blanco donde poder escribir sobre nuestra búsqueda personal, de ahí el nombre de “Prefacio”. Cesar Lacalle.